jazz en linea: reflexiones sobre el jazz
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viernes, 13 de noviembre de 2009

I'm Lovin' It

Como parte de una promocion, hoy gane en McDonald's el derecho a descargar siete canciones de internet. Use mi premio para bajar la mayor parte de "Mercy, Mercy", para muchos el mejor disco de Buddy Rich, que hasta ahora no he podido encontrar en su version material.
Se que la redaccion seria excluye el uso de emoticons, pero si me permiten la excepcion:

: )

viernes, 28 de agosto de 2009

Verano: One For Miles

John Lewis dijo alguna vez que la recompensa por tocar jazz es tocar jazz. Creo que el mismo principio aplica a quien ama el jazz, pero una de las pequenas recompensas es que a veces el jazz decide manifestarse para darnos un mensaje- una idea que probablemente Art Blakey tenia en mente al fundar sus Jazz Messengers.

Por ejemplo hoy estoy en el autobus. Es agosto en Roma y entra por la ventana un cielo limpio de nubes que compensa el calor viscoso del verano. De pronto me viene a la mente una melodia que no puedo evitar silbar. Despues de algunos segundos me doy cuenta de que es Bye Bye Blackbird, una favorita de Miles.

"Pack up all my care and woe,
Here I go,
Singing low,
Bye bye blackbird,
Where somebody waits for me,
Sugar's sweet, so is she,
Bye bye
Blackbird!"


Es el jazz diciendole adios al verano, a los recuerdos que probablemente la memoria no conservara. Septiembre traera el otono, la lluvia, charcos y hojas secas.
Mientras tanto, silbo para el cielo Bye Bye Blackbird ante el discreto asombro de los otros pasajeros del autobus.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Heaven, I'm in heaven...

El dia hoy es bellisimo. El sol resplandece, pero no hace calor y el cielo es azul. Mientras escribo bebo una cerveza y escucho a Gerry Mulligan y Paul Desmond.
No se ustedes, pero esta es mi version del cielo.

viernes, 24 de julio de 2009

Red Garland y los pequenos placeres personales

Creo que todos tenemos nuestros pequenos placeres personales: cosas que nadie mas parece disfrutar, o tener en particular estima pero que a uno dan alegria especial; ese caracter altamente individual nos hace sentir por esas pequenas cosas un afecto entranable. Para algunas personas esas cosas pueden ser una pelicula que nadie mas parece entender o la obra de un pintor que academicamente es considerado menor dentro de su corriente. Para mi, uno de esos pequenos (pero al mismo tiempo grandes) placeres personales es escuchar a Red Garland.

Red no es conocido fuera del mundo del jazz, como Bill Evans o Herbie Hancock y si es medianamente popular entre los amantes del jazz es por su participacion en el quinteto clasico de Miles Davis. No hay libros dedicados a el, y encontrar en YouTube un video que lo muestre en vivo es practicamente imposible, como he descubierto mientras escribo este post. Pero escucharlo en un disco es siempre para mi como ver la sonrisa de un viejo conocido en una multitud.

Cuales son sus pequenos placeres personales?


Como decia, encontrar un video con Red en persona ha sido imposible. Rompiendo por una vez la reglas autoimpuestas de este blog (solo porque se trata de Red) les dejo este video cuyo sonido es el track de un album, Milestones, en el que Miles Davis cedio todo el espacio a la seccion ritmica para que se divirtiera con Billy Boy, una cancion popular americana.

Biografia de Red en allaboutjazz.

lunes, 20 de julio de 2009

Louis Armstrong y el misterio de las primeras cosas

En los paises anglosajones, o mejor dicho, en los paises desarrollados, las historias de los primeros contactos con el jazz -un tema recurrente en los blogs especializados- tienen generalmente como escenario una tienda de discos. El disco o album es la unidad artistica a traves de la cual el jazz se ha desarrolado al menos durante los ultimos cuarenta o cincuenta anos y quien ama el jazz no ama un concepto o una idea inmaterial: tiene una gran coleccion de discos que conserva con cuidado y que representan el objeto de su afecto, y generalmente recuerda con claridad solemne el disco que inicio la coleccion.

Pero mi historia ocurre en latinoamerica. El escenario no es una tienda de discos y el objeto no es un lustroso y bello LP o CD. Estamos en un mercado informal al aire libre y estoy comprando un casette pirata en cuya caja alguien ha escrito a mano "Louis Armstrong y Duke Ellington".

No hay fechas ni nombres de musicos, como es de rigor en los discos de jazz, y la cinta tiene un zumbido de fondo porque la han grabado de un LP. Pero la ausencia de datos y la textura densa del sonido solo resaltan la sensacion de misterio nocturno, demasiado refinado para ser obsceno pero demasiado organico para poder escucharse sin bochorno en un espacio sonoramente nitido. Uno imagina a los musicos sudando en un bar clandestino durante los anos de la prohibicion y se da cuenta de que no hay otro modo de escuchar esa musica: asi, con defectos, semianonima, semilegal, se me muestra en toda su vitalidad y me enamora.

Pero lo mas bello es una balada de Louis Armstrong. No es una poesia, es una narracion y es probablemente eso lo que la vuelve mas melancolica: Louis canta la melancolia de quien ama, pero tambien la tristeza de quien sabe que ha consumido un bello dia de su vida sin saber cuantos le quedan, sabiendo que nada dura, sobre todo la felicidad. La balada se llama "That's for me" y su naturaleza narrativa se explica porque era originalmente parte de un musical, State Fair. En su excelente blog, The Wonderful World of Louis Armstrong, Ricky Ricardi ha reconstruido en modo muy competente la historia de la cancion y si visitan el sitio tambien podran escucharla.

En lo que se refiere al casette, nunca he encontrado el disco del que proviene. Probablemente se trataba de dos discos puestos dentro de una sola cinta, o es un disco descontinuado. Como sea, para mi esta bien. Como decia, al menos para mi, esa musica debe ser escuchada de ese modo y para mis oidos (y mi corazon) escucharla de otra manera seria falsearla.