"Exigió libertad de expresión y vivió en lo que consideramos la más importante y moral de las libertades: libre del odio, incondicionalmente; libre de la autocompasión (incluso en el dolor y a pesar de las malas noticias); libre del temor de la posibilidad de hacer algo que podría ayudar más a otro que a sí mismo; y libre del tipo de orgullo que podría hacer a un hombre sentirse superior a su hermano o vecino."
Duke Ellington, en "Eulogy for Sweet Pea", ante la muerte de Billy Strayhorn.